Se aproxima el frío y con ello el cambio de armario, pasamos de usar un calzado abierto a uno cerrado. Pero sabemos… ¿cómo debemos hacerlo?, ¿qué cambios sufre el pie con la diferencia de clima? o, ¿por qué tenemos la sensación de que nuestros zapatos nos están pequeños?
El pie experimenta un “aumento de tamaño” en el verano por dos motivos principalmente. En primer lugar el calor genera en los vasos sanguíneos una vasodilatación, que es el aumento del tamaño de arterias y venas a consecuencia del aumento de temperatura; por ello es más frecuente la hinchazón de pies y piernas en esta estación. Por otra parte usamos un calzado abierto que, aunque alivia todos aquellos problemas derivados o agravados por roce y/o presión (como uñas clavadas, “juanetes” o dedos en garra) favorece la expansión de la extremidad y reduce su estabilidad.
Llega la hora de usar un calzado cerrado y los pies se resisten: no entran bien en los zapatos y tenemos más roce de lo habitual. Es la consecuencia de “haber andado a sus anchas en el verano.”
Los aspectos que debemos considerar cuando hagamos el cambio son los siguientes:
- La adaptación debe ser progresiva. Evitar empezar con el zapato cerrado un día que vayamos a andar mucho. Si vamos a estrenar un zapato también debe ser paulatinamente para prevenir los roces, ampollas y heridas que suelen aparecer.
- Proteger con apósitos (tiritas, fieltro, gasas y esparadrapo) aquellas partes del pie más propensas a la presión por su tipología.
- La calidad del zapato es primordial. Material amoldable y que transpire, buena suela y contrafuerte, el sistema de acordonado da mayor sujeción.
- Usar el calzado cerrado con calcetines o medias (según el tipo) para evitar el contacto directo con la piel ya que favorece las lesiones en la misma.
- Si tienes problemas de sudoración es el momento de combatirlos mediante polvos y/o formulaciones magistrales. El pie húmedo de manera permanente es más proclive a padecer heridas además de coger infecciones por la alteración del pH de la piel.
Desde el Centro Mantero recomendamos que sigáis estos consejos. Los pies son un pilar fundamental en nuestro esqueleto humano, soportan nuestro peso día a día y nos llevan allá donde queramos.
¡Cuídate hoy y te alegrarás mañana!
Actualización 2020:
Quiero compartir con vosotros un truquito sencillo y eficaz que me ha dado grandes resultados. Cuando te pongas un zapato y tengas sensación de presión en el pie, puedes ponerle crema hidratante por dentro y, cuando se absorba ponerte el zapato. Para hacer esto es importante que sean de piel.
Lo he comprobado varias veces con los míos…..y funciona!!
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