La fascitis plantar es una de las patologías más comunes que afectan al pie. La definimos como una inflamación de la fascia plantar, que es un tejido blando y elástico que se extiende desde el talón hasta los dedos, cuya función es la de mantener el arco plantar, absorber y devolver la energía generada a consecuencia del impacto del pie contra el suelo y aportar protección, sobre todo a la zona del metatarso (bajo los dedos).
Es frecuente su aparición en deportistas jóvenes, principalmente en aquellos que realizan carreras de fondo y/o practican ejercicio en terrenos irregulares, y en las personas que no hacen deporte suele manifestarse a partir de los 45 años con una mayor prevalencia en mujeres debido al acortamiento de la musculatura posterior de la pierna derivada del uso de tacones.
El mecanismo de producción de esta lesión es la tracción continua de la fascia con el calcáneo generada por la hiperpronación de la ASA y/o traumatismos de repetición.
Los pies valgos y/o cavos tienen más prevalencia de sufrir esta inflamación debido a que en ambos se produce una reducción del apoyo externo y por consiguiente un aumento de la tensión a nivel interno.
También se asocia a inestabilidad de tobillo y desequilibrios musculares. La incapacidad de estas estructuras de mantener el pie estable aumenta la tracción de la fascia.
El síntoma por excelencia de la aparición de esta lesión es el dolor agudo en la inserción de la fascia localizada en la zona posteromedial del talón. Este dolor se agrava por las mañanas debido al “acortamiento” que sufre esta estructura al permanecer en estado de reposo con los primeros pasos que damos después de tener el pie relajado. Cuando caminamos un poco la molestia se atenúa y en ocasiones desaparece.
En deportistas aparece el dolor matutino y por lo general le permite hacer el ejercicio aunque es frecuente que la molestia vuelva tras practicarlo.
La evolución de esta inflamación y/o no tratarla a su tiempo genera el conocido espolón calcáneo que es la calcificación de la fascia plantar derivada de la inflamación prolongada. En una radiografía es característico ver el “pico de hueso”.
Como prevención debemos usar un zapato adecuado que se adapte a la actividad que vayamos a realizar, evitando el uso excesivo de tacón.
Existen ejercicios de estiramiento de esta musculatura muy recomendable para relajar la zona, sobre todo para los deportistas.
Para las personas que usen zapatos de tacón con frecuencia es aconsejable que estiren la musculatura posterior de la pierna ya que si no lo hacen el pie se va estructurando en equino (de puntillas) y las cadenas musculares cada vez están más acortadas.
Es recomendable acudir a un podólogo para que realice un estudio de la pisada si empiezas a padecer dolores y/o molestias puntuales.
Respecto a la terapéutica existe un amplio abanico de tratamientos que elegiremos en función el estadío en el que nos encontremos.
- Terapia antiinflamatoria para reducir el dolor y como coadyuvante a otros tratamientos.
- Reposo relativo para ayudar a la recuperación del tejido.
- Movilizaciones y manipulaciones a través de la fisioterapia para abordar la inflamación de las estructuras.
- Infiltraciones para paliar el dolor.
- Vendajes funcionales y neuromusculares que favorezcan el buen apoyo del pie.
- Las plantillas personalizadas es el tratamiento más efectivo y por excelencia ya que corrigen el mal reparto de las cargas de la extremidad y relajan aquellas zonas sometidas a más tensión y estrés.
La combinación de los soportes plantares con las demás terapias favorecen la recuperación de la inflamación en un breve periodo de tiempo aunque ello siempre dependerá de la fase de la lesión. Estos tratamientos también son aplicables cuando existe un espolón calcáneo aunque puntualizaremos que debe descargarse la zona donde está la calcificación y se plantea la resolución quirúrgica en casos muy concretos.
Tanto las fascitis plantar como el espolón calcáneo son patologías que se pueden tratar de manera resolutiva. El éxito del tratamiento depende del profesional y del paciente.
Si vas a empezar a hacer deporte es conveniente que te hagas una valoración para prevenir aquellas lesiones potenciales que suelen aparecer ya que el ejercicio físico acelera la aparición de muchas patologías, por ello debemos hacerlo de manera controlada.
¡Ánimo, tu salud está en tus manos!
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